El INTA, en colaboración con CONICET e INDES/UNSE, evalúa cómo se produce agroecológicamente bajo diversas condiciones productivas, sociales y culturales en familias nucleadas en organizaciones e instituciones en el territorio de Clodomira, departamento Banda, estudiando el proceso territorial en la zona del cordón frutihortícola mediante una metodología denominada TAPE, desarrollada por la FAO y referentes mundiales en la temática.
¿Qué es TAPE?
Desde el año 2018 representantes y referentes en agroecología de distintas partes del mundo, en coordinación con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), desarrollaron un instrumento para la evaluación del desempeño agroecológico a nivel global denominado TAPE (Tool for Agroecology Performance Evaluation).
La metodología TAPE ayuda a preguntar y evaluar cómo se produce en los diferentes sitios bajo diversas condiciones productivas, sociales y culturales indagando a través de los 10 elementos de la agroecología, combinados con 17 objetivos del desarrollo sostenible, y pone bajo la lupa los problemas de la sostenibilidad y cómo se traducen en la práctica cotidiana de producción y obtención de alimentos, donde se analizan 36 indicadores.
TAPE permite conocer el nivel de transición que las familias u organizaciones deciden tomar hacia sistemas agroecológicos y el trabajo de sus fincas en ese sentido, en vinculación con los demás actores. Esta herramienta utilizada en más de 30 países permite monitorear cada sistema productivo en particular y recolectar datos de campo; utiliza un software gratuito que también funciona sin conexión y que puede ser traducido a diferentes idiomas y se encuentra en permanente evaluación su instrumentación.
TAPE propone reflexionar la relación de los productores con su comunidad más cercana para ver con claridad errores y aportes no solo productivos, sino también algunos relacionados con la identidad, la cooperación y la participación.
Sobre el uso de la metodología TAPE en Clodomira
El propósito de este trabajo es profundizar el estudio del proceso territorial en la zona de riego del Dpto. Banda, más precisamente en el cordón frutihortícola. Para ello se necesitaba una herramienta metodológica para registrar, sistematizar y legitimar las prácticas y procesos que llevan a cabo las familias nucleadas en organizaciones e instituciones en el territorio.
Para recopilar la información con la metodología TAPE se formó un equipo interdisciplinario integrado por Juan Carlos Abdala, técnico de la AER Santiago – Banda; Camila Infante, del equipo Territorios y Ruralidades de Conicet INDES/UNSE; Ivana Silva Koleff, del equipo Ecología Política de Conicet INDES/UNSE; y Maria Lucrecia Ávila, del equipo Sociología Rural y Economía del INTA Santiago.
Este equipo trabajó en el estudio de la metodología seleccionada y se la complementó con entrevistas a las familias, grupos y referentes comunales e institucionales quienes ya vienen involucrados en diferentes procesos de articulación. Se encuentra en una etapa inicial donde se han realizado pruebas piloto que han aportado ya valiosa información local y que contribuye a apreciar las singularidades y también las coincidencias o tendencias.
El tape consta de 4 pasos:
Paso 0 se describe el contexto socioeconómico, ambiental y demográfico del establecimiento o finca.
Paso 1 se realiza la Caracterización de la Transición Agroecológica (CAET) del establecimiento, la cual se basa en los 10 elementos de la agroecología.
Paso 2 se evalúa el desempeño del establecimiento en las siguientes dimensiones para la alimentación y la agricultura sostenibles: ambiente y cambio climático; salud y nutrición; sociedad y cultura; y, economía y gobernanza.
Paso 3 se realiza de manera participativa con la comunidad para confirmar/revisar el análisis realizado en los pasos anteriores, identificar sinergias y compensaciones, y diseñar posibles formas de avanzar en la transición.
TAPE es una metodología que colabora con el diagnóstico de cada establecimiento y se puede profundizar cada caso, o también sirve para estudiar varios casos y compararlos. Puede apoyar en el proceso de pensar nuevos planes de inversión pública hacia sistemas agrícolas y alimentarios más sostenibles y favorecer el rediseño de programas de investigación y desarrollo.
