La especulación de las petroleras y las estaciones de servicio ponen en jaque toda una ciudad

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Colas kilométricas, caos vehícular y una profunda incertidumbre es lo que genera en el santiagueño la imposibilidad de cargar combustible con normalidad para hacer frente a su rutina diaria.

Durante la jornada de ayer, situaciones dantescas pudieron presenciarse en diferentes puntos de la Madre de Ciudades, con eternas filas de automóviles y motos aguardando para cargar sus tanques de combustible.

En el automóvil club de avenida Belgrano y Sáenz Peña se cortó la circulación a la altura de calle Córdoba, haciendo ingresar a loa vehículos en contramano -por Sáenz Peña- para que puedan cargar sus tanques. Una locura que generó zozobra y alteró la calma matutina y el normal transitar en una zona neurálgica de la capital santiagueña.

Por la tarde, también en las estaciones de las firmas Shell y Refinor, se pudieron apreciar casi 7 cuadras de cola de automóviles, camionetas y motos esperando para cargar. En la estación de servicio de la firma Dapsa, ubicada sobre Independencia y Solís, los playeros solo cargaban Gasoil pero a $423 el litro, cuando normalmente se comercializa a $406. Una vergüenza.

Así las cosas, los grandes petroleras y los propietarios de estaciones de servicio generan un caos en la economía, paralizando la movilidad del ciudadano que necesita trasladarse para trabajar y realizar sus tareas diarias. La ciudad es un caos y el malhumor social va in crescendo mientras los santiagueños son presas nuevamente de maniobras especulativas de quienes aprovechan el momento del país, inmerso en una enorme incertidumbre por el contexto económico y social, para sacar rédito personal a cualquier costo.

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