Proyectan una siembra récord para la campaña de trigo 2024/25, también impulsada por la “chicharrita”

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La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) proyectó una siembra récord de trigo para la campaña 2024/25, estimando una superficie sembrada de 6,92 millones de hectáreas, lo que representa un aumento del 25% respecto al año anterior. Este incremento, impulsado por perfiles hídricos cargados, buenos márgenes y la necesidad de mantener gramíneas en las rotaciones en el centro y norte del país tras el impacto de la “chicharrita”, podría llevar a una cosecha de 21 millones de toneladas.

En ese sentido, Cristián Russo, especialista de la BCR, explicó que “este potencial récord contrasta con la campaña anterior, que comenzó con uno de los escenarios hídricos más ajustados de los últimos 15 años”. Ahora, con mejores condiciones de humedad y una fuerte apuesta en fertilización, el escenario de siembra se compara con el año 2021, cuando la Argentina logró una producción récord de 23 millones de toneladas.

El informe destacó que el nivel de tecnología aplicada y condiciones climáticas favorables podrían llevar a un rendimiento promedio nacional de 31,5 quintales por hectárea, acercándose a los niveles de la campaña 2021/22. Aunque hay riesgos de pérdidas de área en torno a 200.000 hectáreas, el optimismo es alto entre técnicos y productores, quienes “están invirtiendo significativamente en insumos como fertilizantes nitrogenados”.

De materializarse estas proyecciones, la campaña 2024/25 podría convertirse en la segunda cosecha más importante de trigo en la historia de Argentina, destacando el rol crucial del clima en el éxito final de la producción triguera, señaló la BCR.

En este contexto, las lluvias abundantes registradas en marzo y abril dejaron perfiles de suelo cargados tanto en el este como en el oeste de la zona agrícola argentina, proporcionando condiciones óptimas para el inicio de la siembra.

A su vez, se espera un año con mayores niveles de humedad relativa, lo que podría mitigar los efectos de las heladas tardías, que han sido un problema recurrente en años anteriores de sequía, explicaron.

Al respecto, los márgenes trigueros, que mostraban cifras desfavorables a principios de año, mejoraron significativamente en los últimos meses. La baja en el precio de la urea también contribuyó, situando la relación urea/trigo en niveles similares a los del ciclo 2021/22, época de rendimientos récord y fertilización sin precedentes en Argentina.

A su vez, observan una situación favorable en cuanto a la obtención de financiamiento para el cultivo agrícola en Argentina. Esta financiación adecuada es crucial, especialmente tras los desafíos enfrentados durante la última temporada debido a fenómenos climáticos como las “Tres Niñas” y el impacto negativo de la “chicharrita” en la cosecha de maíz, particularmente en las regiones del centro y norte del país. Estos eventos aumentaron la necesidad de asegurar fondos antes de fin de año.

Sin embargo, paradójicamente, la presencia de la chicharrita incentivó también la siembra de trigo, considerado como una opción más segura dentro de las rotaciones agrícolas, lo cual podría beneficiar la estabilidad y diversificación de los cultivos en la región, destacó Russo.

Entre las amenazas para la campaña de trigo 2024/25, destaca el incremento en los costos de alquiler, dado que el 70% de la producción se realiza bajo esta modalidad. Este ciclo enfrenta un peso mayor en los arrendamientos en comparación con el ciclo anterior, a pesar de las malas cosechas debido a la sequía.

Sin embargo, la amenaza más acuciante proviene de las condiciones climáticas adversas registradas en mayo y junio, meses notablemente secos que llevaron a una escasez de agua en la cama de siembra. En provincias como Chaco y Santiago del Estero, donde se espera un incremento del área de trigo entre un 40% y 50%, la falta de agua superficial obligó a sembrar a una profundidad de hasta 7 centímetros. Aunque los pronósticos para la próxima semana de junio no son alentadores, esperan un cambio hacia finales de mes o en julio, cuando anticipan que las lluvias puedan comportarse de manera más regular según los patrones estacionales.

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