Fintech y billeteras virtuales: del boom de los pagos al desafío de los préstamos
El avance de las billeteras virtuales cambió por completo la relación de los argentinos con el dinero. De una presencia marginal a mediados de los 2010, pasaron a ser parte del día a día de casi todos los hogares.
Según datos de COELSA, las personas tienen en promedio ocho cuentas financieras: cuatro bancarias y cuatro asociadas a billeteras digitales. La expansión se apoyó en la penetración de los smartphones, los cambios regulatorios del Banco Central y la creciente confianza en los pagos digitales.
“Hoy prácticamente nadie está fuera del sistema. Movemos dinero en segundos, sin costo y entre cuentas interoperables”, destacó Mariano Biocca, director ejecutivo de la Cámara Argentina de Fintech, que reúne a más de 400 empresas entre las que figuran Mercado Pago, Ualá, Lemon, Bitso y Personal Pay.
Más cuentas y nuevos hábitos
El BCRA introdujo regulaciones clave como los alias y la interoperabilidad de pagos QR, lo que impulsó un salto en el uso de medios digitales. Durante la pandemia, millones de personas abrieron por primera vez una cuenta virtual.
Desde COELSA remarcaron que el fenómeno “superó al reemplazo del efectivo” y representa nuevos hábitos financieros digitales. Los pagos con QR interoperable crecieron un 93,3% interanual, consolidando el método como uno de los preferidos para compras cotidianas.
Ahorro e inversión: auge de las cuentas remuneradas
La posibilidad de invertir desde las apps fue otro motor clave. “Hoy existen unas 25 millones de cuentas de inversión, cincuenta veces más que hace algunos años”, señaló Biocca.
El BCRA confirmó la tendencia: las cuentas con saldo invertido pasaron de 13,8 millones en 2023 a 22,4 millones en 2024, lo que equivale al 53,7% de los usuarios.
Además, el Gobierno permitió que menores de 13 años en adelante puedan invertir y abrir cajas de ahorro en moneda extranjera, reforzando la adopción temprana del dinero digital.
Cripto y open finance: lo que viene
Argentina cuenta con unas 10 millones de cuentas cripto, aunque los bancos y billeteras tradicionales aún no pueden ofrecer estos activos directamente. “No hay trabas para el acceso, sí en la distribución. Eso cambiará con un escenario macro más estable”, adelantó Biocca.
El open finance aparece como el próximo paso. Este modelo —ya vigente en países como Brasil y Reino Unido— permite abrir los datos financieros de los usuarios, con su consentimiento, para mejorar el acceso al crédito.
“El crédito es la materia pendiente del sistema. Si fuera un boletín, está reprobada. Hay que cuadruplicar los niveles actuales”, reconoció Biocca.
La tokenización de activos reales, habilitada recientemente por la CNV, podría ser el impulso que el mercado necesita. “Convertir activos en tokens puede dinamizar el crédito y generar capital activo”, concluyó.