13 November, 2025
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La ganadería argentina gana terreno en los mercados premium

La ganadería argentina gana terreno en los mercados premium

El 2025 se consolidó como un punto de inflexión para la cadena de ganados y carnes en Argentina.

En un escenario internacional marcado por la guerra arancelaria impulsada por Estados Unidos y la desaceleración de China, el país consiguió posicionarse entre los proveedores más competitivos del mundo.

De acuerdo con el informe “Ganadería 360° Evolución 2025 y Perspectivas 2026” elaborado por el Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales (IEEyNI) de la Sociedad Rural Argentina (SRA), la ganadería local logró mantener su nivel de producción pese a la reducción del rodeo y alcanzó un récord histórico en valor exportado, con un incremento del 24% interanual.

“El negocio argentino está virando hacia los cortes de mayor precio y exigencia”, destacó el documento. Ese cambio estructural fue favorecido por la reconfiguración del comercio mundial: mientras Brasil enfrentó un arancel extraordinario del 50 % en sus ventas hacia Estados Unidos, Argentina logró ampliar su cuota y ganar presencia en un mercado que valora la calidad y la trazabilidad.

Un tablero global en movimiento

Las tensiones comerciales dejaron huellas profundas en la oferta y la demanda de proteínas animales. China redujo su participación como importador global de carne bovina del 32% al 29%, mientras que Europa e Israel mostraron señales de recuperación.

El valor internacional de la carne aumentó 25% interanual, y el precio promedio FOB real llegó a los US$4500 por tonelada, el más alto en más de tres décadas. “Estamos viendo un mercado más segmentado, donde la diferenciación por calidad tiene premio”, explicaron desde el IEEyNI.

En ese contexto, Argentina diversificó sus destinos: China, Alemania, Israel, Estados Unidos y Países Bajos concentraron más de dos tercios de las exportaciones, mientras nuevos compradores —como Ecuador, Filipinas y El Salvador— se sumaron al mapa comercial.

Las ventas externas totalizaron US$2413 millones entre enero y septiembre, lo que representa un crecimiento del 19 % respecto del año anterior. “El salto no se limita a los volúmenes: hoy la Argentina exporta carne fresca y de valor, y eso marca un cambio de era”, resumió un analista del instituto.

Más kilos por cabeza y mejores márgenes

Pese a la caída del stock nacional —que pasó de 54,2 a 51,6 millones de animales—, la producción se sostuvo gracias a un mayor peso medio de faena, que en agosto alcanzó 234 kilos res con hueso, y a una mejor eficiencia reproductiva, con una relación ternero/vaca del 69 %.

Sin embargo, el proceso de recomposición del rodeo todavía no comenzó: la faena de hembras se mantiene por encima del promedio histórico. Para los técnicos del IEEyNI, la recuperación plena del stock será el principal desafío de 2026.

En cuanto a los precios, la tendencia fue favorable. El novillo pesado se ubicó 12 % por encima del promedio histórico, mientras que el ternero de reposición superó esa referencia en 16 %. Las relaciones con los principales insumos —maíz, alfalfa, gasoil y mano de obra— resultaron más competitivas, y eso mejoró la rentabilidad en todos los eslabones.

El resultado económico de la cría creció 27 % respecto de 2024; el del ciclo completo, 44 %; y la invernada repitió ese porcentaje, con márgenes que superan ampliamente los registros de la última década. “El productor volvió a tener horizonte”, señalaron desde la entidad rural.

El consumo doméstico retoma impulso

La recomposición del poder adquisitivo también dejó su marca en el mercado interno. Después de varios años de caída, el consumo de carne bovina se recuperó 7 %, alcanzando los 50 kilos por habitante al año, niveles similares a los de 2020 – 2022.

El precio al consumidor, que había escalado entre fines de 2024 y el primer trimestre de 2025, se estabilizó y se mantiene 7 % por encima del promedio histórico. En tanto, la capacidad de compra medida en kilos de asado por salario formal (RIPTE) se ubicó en 136 kilos, con una leve mejora respecto del año anterior.

Pese a la suba, los salarios aún compran 26 % menos carne que el promedio de los últimos 30 años. “Hay margen para crecer”, admitieron los analistas, que prevén una recuperación más sólida en la medida en que se consolide el empleo formal y baje la inflación.