Trump celebró “la edad dorada de la economía estadounidense” en el American Business Forum
Trump al inicio de su exposición, que combinó balance de gestión, anuncios y duras críticas a la oposición demócrata.
El mandatario destacó que durante los primeros nueve meses de su nuevo mandato se alcanzaron “18 billones de dólares en inversiones”, y proyectó que el total llegará a “21 billones antes de fin de mandato”. “Hace un año éramos un país muerto. Ahora somos el más dinámico del mundo”, afirmó.
Durante su intervención, el presidente acusó a la oposición demócrata de haber “hundido al país” durante el gobierno de Joe Biden y de promover políticas “de gasto masivo, fronteras abiertas y energía cara”. En un mensaje político cargado de tono electoral, ironizó: “Los demócratas no quieren que sigamos triunfando. Anoche instauraron a un comunista como alcalde de Nueva York”, en referencia a la reciente victoria de Zohran Mamdani.
Asimismo, prometió que “Miami será el refugio de quienes huyan del comunismo instaurado en Nueva York”, y aseguró que los estadounidenses enfrentan una decisión clara: “sentido común o comunismo”.
El presidente celebró el crecimiento del empleo y los salarios, asegurando que “más estadounidenses están trabajando que en cualquier otro momento de la historia”, mientras los sueldos industriales “aumentan al ritmo más alto en seis décadas”. También afirmó que la inflación se está reduciendo y que el precio del combustible “volverá a los dos dólares por galón”.
Trump insistió en que su país “se está convirtiendo en la superpotencia de las criptomonedas y la inteligencia artificial”, al destacar la desregulación de esos sectores y el impulso a nuevas centrales eléctricas y megaproyectos tecnológicos. “Estamos por delante de China, y por mucho”, aseguró.
En la segunda mitad de su discurso, el mandatario destacó los logros de su política internacional y mencionó al empresario Steve Witkoff, a quien presentó como su enviado especial en Medio Oriente. “En 3000 años no hubo paz en Oriente Medio. Ahora lo estamos logrando”, dijo al resaltar un reciente acuerdo que, según él, “puso fin a la guerra en Gaza”.
También agradeció la presencia de Jared Kushner y de la princesa Reema Bandar Al Saud, embajadora de Arabia Saudita en Washington, y subrayó los avances en la cooperación bilateral tras la “desarticulación de las capacidades nucleares de Irán”.
En materia de defensa, Trump anunció un presupuesto militar récord de un billón de dólares y aseguró que el país “tiene las Fuerzas Armadas más poderosas del mundo”. Además, reveló que la cartera volverá a llamarse “Departamento de Guerra”, en alusión a su denominación previa a la Segunda Guerra Mundial.
El presidente defendió su política migratoria, asegurando que “cero personas ilegales han entrado al país” desde el inicio de su mandato y que su gobierno ha frenado el avance de pandillas como el Tren de Aragua.
En el ámbito educativo, reiteró su ofensiva contra lo que denominó “ideologías radicales”, y anunció que las escuelas que enseñen teoría racial crítica o ideología de género dejarán de recibir fondos federales. “Existen dos géneros: hombre y mujer. Sacamos a los hombres de los equipos deportivos femeninos. Era una locura”, remarcó.
Trump aprovechó el cierre de su intervención para realizar anuncios simbólicos: el Monte Denali volverá a llamarse Monte McKinley, y el Golfo de México pasará a denominarse “Golfo de América”, al argumentar que “el 92% de sus costas son estadounidenses”.
Acompañado por el alcalde de Miami, Francis Suárez, quien le entregó la llave simbólica de la ciudad, Trump concluyó su discurso reafirmando su mensaje nacionalista: “La edad dorada de Estados Unidos ha comenzado y recién empieza. Somos una gran nación otra vez. El sueño americano vuelve a estar vivo y nunca más vamos a dejar que muera”.