Pacto Argentina–Estados Unidos: oportunidades y riesgos para la producción nacional
Con bombos y platillos, el gobierno nacional anunció el acuerdo marco para comercio e inversiones recíprocas firmado con Estados Unidos, que apunta a una apertura comercial ampliada, reducción de barreras arancelarias y cooperación estratégica en sectores clave. Si bien el pacto fue destacado por la Casa Blanca como un paso importante para profundizar la relación bilateral, en momentos de reformas estructurales en el país y tensiones comerciales globales, también implica una serie de desafíos para Argentina.
A la hora de analizar los principales puntos del acuerdo, se destaca el acceso preferencial al mercado argentino para ciertos productos estadounidenses: medicamentos, maquinaria, productos químicos, tecnología de la información, dispositivos médicos, vehículos motorizados y bienes agrícolas.

Por su parte, Estados Unidos eliminará aranceles recíprocos sobre recursos naturales no patentados para uso farmacéutico, según el comunicado oficial. También se incluyen normativas sobre comercio digital, seguridad económica, protección laboral y ambiental, con cláusulas vinculadas a la tala ilegal, subsidios pesqueros y combate a prácticas distorsivas.
Sin embargo, a pesar del acuerdo, no se contempla la eliminación de aranceles para acero y aluminio, un punto sensible para la industria argentina.

¿Qué productos argentinos podrían beneficiarse?
Algunos sectores exportadores podrían ver un impulso significativo gracias a la reducción de barreras:
- Economías regionales: productos como vinos, miel, cítricos, té, madera y camarones están entre los más favorecidos.
- Metales: aunque el aluminio tiene aranceles altos, algunos informes señalan que una baja arancelaria podría beneficiar a empresas como Aluar, que exporta buena parte de su producción.
- Carne vacuna: se menciona que podría tener una mayor presencia en el mercado norteamericano.
- Combustibles derivados y minerales: ya representan una porción notable de las exportaciones argentinas hacia EE.UU., por lo que un acceso más favorable podría consolidar ese flujo.

Ventajas del acuerdo
-Mejor acceso al mercado estadounidense: Reducir aranceles permitiría a productos argentinos ser más competitivos en el gran mercado de EE.UU.
-Diversificación exportadora: El acuerdo puede impulsar no sólo los grandes commodites, sino también productos de las economías regionales, fortaleciendo cadenas productivas locales.
-Cooperación estratégica: Al incorporar temas como tecnología, inversiones, comercio digital y normas ambientales, no se trata solo de una relación de intercambio, sino de una alianza con visión de largo plazo.
-Impulso para la inversión: Las empresas estadounidenses podrían aumentar inversiones en Argentina, especialmente en sectores productivos como infraestructura, tecnología y recursos naturales.

Riesgos y desventajas
-Competencia para la industria local: Al abrirse más el mercado, industrias argentinas podrían enfrentar mayor competencia de productos estadounidenses más sofisticados o baratos.
-No todo se abrió: Productos estratégicos como acero y aluminio no verán baja arancelaria, lo que limita el impacto para esos sectores.
-Dependencia de reglas externas: El éxito del acuerdo estará condicionado al cumplimiento de “requisitos de seguridad económica y cadena de suministro”, lo que puede poner presión sobre productores locales.
-Riesgo regulatorio: Normas ambientales y laborales, aunque positivas, pueden implicar costos adicionales para exportadores argentinos si no están preparados para adecuarse.

Este nuevo acuerdo marco entre Argentina y Estados Unidos representa una oportunidad estratégica para dinamizar las exportaciones argentinas, especialmente en productos agrícolas, metalúrgicos y de economías regionales. Si se ejecuta bien, podría fortalecer la diversificación productiva y atraer inversiones clave. Pero también implica desafíos reales: competencia más dura, la necesidad de modernizar ciertas industrias y adaptarse a estándares internacionales en materia ambiental y laboral. Su impacto final dependerá tanto de su implementación efectiva como de la capacidad de los productores locales para aprovechar el acceso ampliado.