Cómo empresas productivas pueden proyectarse hacia el turismo
Cuando a Exequiel Gramajo, vicepresidente del Clúster Productivo, Tecnológico y Turístico de Santiago le consultan por el potencial local para el turismo, recuerda una experiencia modelo: la bodega finca María del Pilar. Se trata de una empresa que vende vinos, claro está, pero no escatimó recursos a la hora de plantarse como un atractivo turístico de Robles. Algo similar se propone la cervecería Weisburd Bier que inauguró su fábrica en 2023 en La Banda y no para de crecer como marca.
Tienen caminos y recorridos muy distintos. El viñedo ya tiene más consolidado su proyecto y a lo largo de los últimos años recibió a una importante cantidad de turistas. Gramajo recuerda que ese camino comenzó en 2020 y que tuvo entonces la oportunidad de ser parte.

Dice que esa “chispa” abrió otras posibilidades antes no consideradas. La finca quería toda una experiencia alrededor de vender el producto. “El vino se comercializa, la uva se comercializa, y la idea es venderle Santiago del Estero al turista”, señala como la gran oportunidad.
De hecho, la finca ubicada en Beltrán fue sede de numerosos encuentros festivos y reuniones con propuestas más que gratas para disfrutar en familia y/o con amigos. Se puede hacer un recorrido por el viñedo, a modo de visita guiada y suelen preparase shows en vivo mientras se degustan los vinos.

Con diferencias razonables, Weisburd Bier intenta seguir esta línea en el Parque Industrial de La Banda. Mariela García y Guido Benseñor, sus creadores y socios del Clúster quieren fomentar las visitas a su cervecería, a cinco minutos del centro de la ciudad por autopista. “Que puedas llegar, tomarte una cerveza artesanal, comerte unas empanadas, un asadito, escuchar folclore…”, dice Gramajo.
Este emprendimiento nació hace seis años con la cocción de cerveza Stout y en 2024 inauguraron su fábrica con nuevas variedades, Gin y el primer Whisky Santiagueño. En 2023 además, la empresa fue premiada por el ministerio de Economía por reducir pérdidas y desperdicios de alimentos.

Más turismo y empleo
Gramajo considera que se trata de “cambiar las reglas del juego”. “Ahí es donde empezamos a pensarnos como productivos, pero por qué no como turísticos, por qué no vincularnos con una agencia, por qué no armar una experiencia, por qué no hacer un recorrido por todas las instalaciones y esto empieza a ser otra unidad de negocio para el productivo”, señala.
Ni hablar de las posibilidades que todo este mix genera en cuanto a oferta laboral. Sostiene que “eso va a abrir la cancha a que por ejemplo contraten una agencia de turismo o un guía; se contrate, por ejemplo, una agencia de marketing para hacer la parte del recorrido, de grabar los testimonios de las personas y demás, así como lo hizo la bodega en su momento. Que sea el puntapié para que todo Santiago sea un punto turístico”.
Así, es posible desterrar la idea de Santiago, como “destino de paso” en el que no había mucho por hacer. Pues, todo indica que los visitantes no permanecían más de tres o cinco días en la provincia, como sí pasa en otras ciudades turísticas. “El objetivo es ampliar esa cantidad de días con propuestas”, consideraba.