Disminución de la pobreza: contraste entre los números y la realidad

El pasado 26 de junio, el Ministerio de Capital Humano informó que la pobreza en Argentina cayó al 31,7 % en el primer trimestre de 2025, según estimaciones realizadas sobre datos del INDEC. Esta cifra significa casi 7 puntos menos que el 38,1 % registrado en el segundo semestre de 2024, y una enorme diferencia respecto al 54,8 % de un año atrás.
El Gobierno atribuye este descenso a varios factores. Por un lado, la desaceleración de la inflación, que bajó a cerca del 2–3 % mensual en los últimos meses. Por el otro, la implementación de políticas de ayuda focalizada hacia las familias más vulnerables, a través de transferencias directas.
Desde el gobierno también destacaron que la indigencia –la franja de personas que no pueden cubrir ni siquiera la canasta básica alimentaria- se redujo al 7,3 %, lo cual es casi 13 puntos menos que en el primer trimestre de 2024.
Sin embargo, detrás de estos números hay rostros, historias y tensiones profundas. Tal es así que expertos y organizaciones alertan que, aunque los indicadores a la baja son buenas noticias, muchas familias siguen sintiendo la presión de la inflación, los servicios, los alimentos y la pérdida de poder adquisitivo. “La pobreza bajó, pero no se refleja en lo que se vive en las calles”, advierten, y recuerdan que esos hogares siguen sufriendo ajustes cotidianos difíciles de medir.
En el primer semestre de 2024, la pobreza alcanzó su cifra más alta en dos décadas, tocando el 52,9 %. Mientras que la baja a 31,7 % en solo un año refleja, al menos estadísticamente, un descenso notable.
Pero hay consenso en que la brecha social sigue siendo enorme, la desigualdad sigue siendo alta y la sustentabilidad de esta baja dependerá de mantener la estabilidad macroeconómica.
Las cifras oficiales proyectan una fuerte mejora: la pobreza cayó a niveles inéditos en esta administración, y la indigencia se redujo drásticamente. Pero el desafío ahora es lograr que esa mejora tenga impacto real en las mesas de los hogares, la calle y la vida cotidiana.