El Congreso Aapresid abrió el debate sobre prácticas regenerativas en la agricultura
En el marco del XXXIII Congreso Aapresid, se instaló con fuerza un tema que gana cada vez más protagonismo en el mundo agropecuario: la necesidad de incorporar prácticas regenerativas que permitan producir alimentos cuidando el suelo, el ambiente y las comunidades donde se desarrolla la actividad.
Durante un conversatorio, Pablo López Anido, productor de Bandera (Santiago del Estero), Rocío Belda, coordinadora de implementación de Aapresid Certificaciones, y Lionel Matías Orso, cofundador de Nativas, compartieron experiencias y proyectos que buscan transformar la forma de producir en distintas regiones del país.
Belda explicó que desde Aapresid se impulsan diversas iniciativas destinadas a mejorar los procesos productivos, diversificar cultivos y conservar los recursos naturales. Sin embargo, remarcó que el desafío es compartido: “Solos no vamos a llegar lejos. Necesitamos unirnos con otras organizaciones y, sobre todo, con los productores que están comprometidos con esta forma responsable y prospectiva de trabajar”.
El programa de certificaciones que coordina busca demostrar que es posible generar alimentos de calidad sin descuidar el entorno ni a las comunidades rurales que conviven con la actividad agrícola.
Una mirada distinta sobre el territorio
Desde su experiencia en el norte santiagueño, López Anido —que trabaja unas 4.000 hectáreas— relató cómo decidió alejarse del modelo tradicional, centrado exclusivamente en maximizar rendimientos.
“La agricultura moderna te lleva a querer sembrar hasta el último metro cuadrado. Pero cuando mirás el territorio desde arriba, esa obsesión por la productividad puede generar serios problemas para el ambiente y la comunidad”, advirtió.
Hace tres años, decidió destinar parte de sus campos —incluso aquellos con menor aptitud agrícola— a la forestación con especies nativas como algarrobos, con el objetivo de reconectar parches de monte y reducir el impacto ambiental.
“Con dedicar apenas un 10% del campo a estas prácticas, se pueden lograr grandes transformaciones”, sostuvo.
Por su parte, Orso destacó que la regeneración en el agro implica recuperar ecosistemas dentro de matrices productivas, algo que requiere planificación, colaboración y una nueva forma de valorar el paisaje productivo.
Desde la empresa Nativas, desarrollan proyectos que integran hábitats nativos o seminativos dentro de campos agrícolas, buscando que estas acciones también tengan un valor económico para los productores. Con fuerte presencia en el Gran Chaco, una de las ecorregiones más relevantes de Sudamérica, Orso indicó que la presión sobre el uso del suelo allí es muy alta, lo que hace aún más urgente la búsqueda de equilibrios.
“Nuestra alianza con Aapresid y los productores busca escalar estas iniciativas para que sean reconocidas y premiadas dentro de la cadena de valor”, subrayó.
Regenerar como parte del nuevo paradigma agrícola
Los tres panelistas coincidieron en que la agricultura actual enfrenta el desafío de alimentar a una población creciente sin replicar modelos extractivos que degradan los recursos naturales.
Entre las estrategias más destacadas mencionaron la diversidad de especies, la recuperación de corredores biológicos y la integración de bosques nativos dentro de los campos.
“Muchas veces se eliminan cortinas de monte para ganar hectáreas de siembra, pero a futuro ese monte podría tener más valor que la tierra misma. Hay que cambiar la mirada”, sostuvo López Anido.
Desde Aapresid y Nativas remarcaron que la regeneración no debe verse como un costo, sino como una inversión que fortalece la salud del suelo, la biodiversidad y la estabilidad del sistema productivo. También señalaron que las empresas agroindustriales tienen un rol clave para brindar respaldo financiero y generar incentivos concretos para quienes adoptan estas prácticas.
El panel dejó una conclusión firme: el futuro de la producción de alimentos dependerá de la capacidad del sector para innovar, colaborar e incorporar la regeneración como un eje central del modelo agrícola.
“No se trata solo de producir más, sino de producir mejor y dejar un paisaje más sano para las próximas generaciones”, cerró Orso.