El Gobierno ha oficializado el pago de $88.150.400 a 44 establecimientos feedloteros como parte de un programa destinado a compensar el aumento de costos de producción causado por la implementación del “dólar soja”. Esta medida, anunciada en marzo, tiene como objetivo brindar apoyo a los productores que mantuvieron ganado bovino en engorde a corral durante un mínimo de 120 días y luego lo enviaron a faena para el mercado interno.
En una resolución publicada en el Boletín Oficial, se informó sobre el desembolso de los fondos dentro del Programa de Fortalecimiento Productivo Argentino – Sector bovinos. Sin embargo, a pesar de las expectativas iniciales, el monto asignado dista de las sumas requeridas por los ganaderos.
El subsidio establecido alcanza un máximo de $5.200 por cabeza y se limita a 100 ejemplares por establecimiento. No obstante, la asignación de los fondos está por debajo de las expectativas iniciales, ya que el programa contaba con un total de $14.976 millones provenientes del Fondo Incremento Exportador, conformado por los ingresos generados por las dos ediciones del “dólar soja”.
Cuando se lanzó el programa, el precio de la carne experimentó un aumento significativo para los consumidores, algo que la cadena productiva venía reclamando durante meses para recuperar sus márgenes. Sin embargo, el alcance y las sumas otorgadas hasta el momento no han cumplido con las expectativas iniciales planteadas.
En los últimos meses, los feedlots han visto un aumento considerable en la recepción de ganado, alcanzando niveles de encierre cercanos a los 2 millones de cabezas, según datos de la Cámara Argentina del Feedlot. El objetivo del programa gubernamental, liderado por Massa y Bahillo, era respaldar los costos de engorde de al menos 700.000 cabezas, lo que representa aproximadamente un tercio de esa cifra.
Sin embargo, los resultados han sido menores, ya que solo un número reducido de productores y alrededor de 16.500 animales se beneficiarán de esta iniciativa.
Se observa que solo una fracción insignificante de los productores decidió acogerse a la ayuda oficial y enviar su ganado a los feedlots. Mientras tanto, muchos criadores optaron por vender sus terneros a precios bajos. Esto ha llevado a que los feedlots estén llenos de animales, pero los costos de alimentación recaen únicamente en los grandes operadores privados del negocio.
