El mercado de la cebolla santiagueña se abre a las importaciones en Brasil
La Ing. Agrónoma Eve Luz Yñiguez, quien forma parte del Grupo Producción Vegetal Agro Negocios, realizó una importante investigación titulado “La cebolla en Santiago del Estero: oportunidades y estrategias”, que fue publicada en la nueva edición del boletín “Mirada Frutihortícola” del INTA Santiago.
La profesional destacó que el cultivo de cebolla en la zona de riego de Santiago del Estero reviste una alta importancia desde múltiples dimensiones: productiva, económica, social, ambiental y sanitaria. Considerado desde el enfoque de los servicios ecosistémicos, este cultivo se inscribe principalmente en la categoría de servicios de abastecimiento, al proveer un alimento fresco, de consumo directo, desde el campo hacia la comunidad.
La cebolla es un alimento rico en vitaminas y minerales, conteniendo azúcares naturales, vitaminas A, B6, C y E, así como minerales como sodio, potasio, hierro, fibra y ácido fólico. Además, se le atribuyen propiedades beneficiosas para la salud, tales como el control de peso y el alivio de enfermedades respiratorias y de circulación sanguínea, siendo un ingrediente habitual en los recetarios tradicionales.

Mercado brasilero
Teniendo en cuenta tales datos, la ingeniera explicó que, según datos recientes provistos por el Ing. Claudio Barón, desde el Mercado Central de Buenos Aires, en enero de 2025 comenzaron a ingresar bolsas de cebolla provenientes de Pedro Luro, en el sur de Buenos Aires, las cuales se comercializan a $6.500 por bolsa de 20 kg maquinada (galpón de empaque). Por otro lado, cebollas importadas desde Brasil se comercializan entre $10.000 y $11.000 por bolsa del mismo peso.
De acuerdo con especialistas en mercados hortícolas, (presentes en el Seminario de cebolla del Mercosur en Viedma e Hilario Ascasubi), Brasil presenta dos ventanas de importación de cebolla. Así es que salen a comprar este producto, siendo Argentina su primera elección. Lo hacen en distintos períodos: entre marzo y mayo, y luego entre octubre y noviembre. Precisamente, esta última fecha coincide con el período de cosecha fresca en Santiago del Estero, lo que abre una ventana estratégica para posicionar la producción local en ese mercado y otros destinos internacionales.

Ante tales parámetros, la investigadora señala que, para capitalizar esta oportunidad, es clave que los productores locales planifiquen sus siembras con semillas híbridas, orienten el manejo agronómico hacia objetivos de exportación, y optimicen los procesos de postcosecha y empaque.
A la luz de distintas experiencias, la investigadora acentuó que “contamos con condiciones agroecológicas favorables y una oportunidad real de crecer en el mercado, siempre que se trabaje con visión estratégica, articulación institucional y enfoque en la calidad”.