INCUPO apuesta a la agroecología en Añatuya
El Instituto Nacional de Cultura Popular trabaja con un centenar de familias rurales de Añatuya. Todas ellas aprovechan el monte para obtener recursos alimentarios y medicinales para su subsistencia, mediante un trabajo técnico y educativo.
El horizonte es el desarrollo de la ganadería agroecológica, entendida como una perspectiva que favorece el arraigo de los campesinos y ofrece soluciones a problemas que hoy son trascendentales, como el deterioro ambiental y la crisis alimentaria.
Muchas de las familias que trabajan en estos proyectos forman parte de la Mesa Zonal de Tierras (MEZAT), a la Organización Paraje “El Desvío” y a grupos de campesinos jóvenes. La tarea fundamental es la cría de cabras y aves de corral.

Como practican la ganadería agroecológica, toman del monte el alimento para los animales. Se vales de las vainas de algarroba, el vinal y la tusca que les permiten elaborar alimento balanceado.
Pero no solo eso. La riqueza del monte, combinada con saberes ancestrales más los aportes que puede hacer el INCUPO, permiten encargarse también de la sanidad animal, a partir de la medicina natural.
Para eso maceran plantas y elaboran mezclas como la “tintura de tusca” que utilizan pata desinfectar el ombligo de los cabritos recién nacidos. Otra titura se a base de eucalipto y chañar es usada para tratar el moquillo.
El INCUPO y las familias añatuyenses ven en el monte muchas oportunidades que los hace prescindir de grandes gastos, a la vez que posibilitan la preservación del medio en el que viven.