Recicladores en crisis: el derrumbe del cartón deja a miles de familias al borde del colapso

Mientras toneladas de materiales reciclables vuelven a los basurales, miles de recuperadores urbanos en todo el país luchan por sostener el plato en la mesa. La caída abrupta de los precios del cartón, el vidrio y la chatarra -que en algunos casos supera el 70%- ha desatado una crisis silenciosa, golpeando a uno de los sectores más invisibilizados y esenciales para el cuidado del ambiente.
Cada día, antes del amanecer, cientos de cartoneros y cartoneras recorren las calles con carros improvisados, clasificando entre la basura aquello que la sociedad desecha sin pensar. Son los mismos materiales que usamos sin pausa: el envase de agua, la bolsa del pan, el sachet de leche, las carpetas de cartón. Lo que para muchos termina en el tacho, para ellos es sustento, trabajo y dignidad. Sin embargo, ese trabajo se encuentra hoy en riesgo.
En Santiago del Estero, los recuperadores logran rescatar entre 60 y 70 toneladas de material reciclable por mes. Gracias a su tarea, residuos que de otro modo serían quemados o enterrados, vuelven al circuito productivo. Pero con la desregulación del mercado de exportación e importación de residuos recuperables, decretada por el Gobierno nacional en enero de 2025, los precios se derrumbaron.
“Para nosotros, al abrirse la exportación, ha sido un golpe muy fuerte. El precio del cartón bajó de 300 a 50 pesos. La botella sigue en caída. El compañero que vivió toda la vida del reciclado hoy tiene que buscar otra changuita para poder sostenerse”, explicó José Ordoñez, referente de la Coordinadora de Recicladores de Santiago del Estero (CORESA), en una investigación realizada por Fernanda Hoyos para revista La Columna.
Hoy, un trabajador que recorre las calles desde la madrugada gana en promedio unos $5000 diarios, muchas veces menos. “El esfuerzo se hace mucho más grande al salir a la calle”, agrega Ordoñez, quien desde hace años representa al movimiento en la provincia y forma parte del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCYR).
La labor de los recicladores urbanos trasciende lo económico. Son actores clave del sistema ambiental. Su trabajo reduce la cantidad de residuos que llegan a los basurales, disminuye las emisiones por quema y ahorra recursos naturales.
En Santiago del Estero, un proyecto de extensión de la Facultad de Ciencias Forestales de la UNSE permitió a estudiantes trabajar junto a los recuperadores, generando un valioso intercambio de saberes. “Empezamos a ver qué tan importante es nuestra tarea. Somos parte de los guardianes del medio ambiente”, dice Ordoñez con orgullo.
El testimonio de David Ordoñez, otro recuperador, retrata el día a día con crudeza: “Acomodo mi tiempo porque mis hijas van a la escuela. Antes podía volver temprano, ahora tengo que quedarme más horas para conseguir la misma plata. Hay que poner el pecho y seguir”.
Detrás de cada kilo de cartón hay historias de esfuerzo, de hijas e hijos que estudian gracias al trabajo de sus padres entre los desechos. “Una compañera cartonera, Evelyn, hoy es maestra especial. Mi hija está por recibirse de licenciada. Desde el cartón, salimos adelante”, cuenta José, emocionado.
La crisis actual no solo amenaza los ingresos de los recicladores: pone en jaque un modelo de economía circular que tardó años en consolidarse. El programa nacional Argentina Recicla, clave para la inclusión social y la infraestructura del sector, sufre un fuerte desfinanciamiento. Sin esa red de apoyo, los recuperadores se ven forzados a vender a intermediarios a precios más bajos, resignando ganancias, pero asegurando la subsistencia diaria.
El 3 de enero de 2025, el decreto que habilitó la desregulación del comercio de residuos buscó “abaratar insumos” para las pymes, pero en la práctica permitió que grandes empresas importen cartón y pasta de papel por más de 290 millones de dólares durante el primer cuatrimestre del año, según datos de AFIP.
El resultado fue un mercado interno saturado, con precios desplomados y miles de familias sin ingresos suficientes.
El Congreso mantiene en carpeta distintos proyectos de Ley de Envases, con visiones opuestas. Mientras uno, presentado por el diputado Carlos D’Alessandro, pone el foco en el reciclaje desde la perspectiva empresarial, otros —como el impulsado por la diputada Natalia Zaracho (UP)— buscan fortalecer el rol de los recicladores y establecer mecanismos de financiamiento con justicia social.
Pero mientras los debates se postergan, la realidad avanza: menos materiales recuperados, más basura en los basurales y más familias al borde de la pobreza. En medio de la crisis, CORESA continúa sosteniendo su trabajo con el apoyo de organizaciones y universidades. Realizan capacitaciones, charlas y jornadas de visibilización, buscando cambiar la mirada social.
“Nos decían los sucios, los de la basura. Hoy somos recuperadores. Y esa pequeña palabra cambia todo”, dice José Ordoñez. Cambia cómo nos vemos nosotros mismos y cómo nos ve la sociedad.”
Reconocer su tarea es un paso imprescindible para construir una economía más justa y un país más sostenible. Porque cada botella, cada cartón y cada pedazo de metal que vuelve a tener valor no solo representa un material recuperado: también una familia que sigue resistiendo.