Relevamiento de fauna silvestre en la biodiversidad del Chaco santiagueño

En el corazón del Chaco Semiárido, un rincón del departamento Figueroa llamado Santo Domingo guarda un valioso secreto: la naturaleza aún late con fuerza, incluso en paisajes donde la actividad humana dejó su huella. Allí, investigadores del INTA, el CONICET y la Universidad Católica de Salta se propusieron demostrar que es posible producir sin destruir, y los resultados de su trabajo son una muestra alentadora de ello.
En el marco del Día del Medio Ambiente, celebrado el pasado 5 de junio, los investigadores dieron a conocer un relevamiento de fauna en espacios intervenidos por el hombre para la producción ganadera, apícola y forestal.
Avistamiento de distintas especies
Durante varios meses, en campos donde se desarrollan actividades ganaderas, apícolas y forestales, se realizó un relevamiento de fauna con cámaras trampa, una herramienta que permite conocer qué animales habitan el lugar sin interferir en su comportamiento.
Para sorpresa y entusiasmo del equipo, se registraron once especies de mamíferos medianos y grandes, entre ellos, algunos muy poco frecuentes, como el pecarí quimilero, el puma y el oso hormiguero. También se identificaron otras especies, como zorro gris, corzuela parda, gato montés y zorrino común.
Por la biodiversidad
A la vez, se avistaron 68 especies de aves, lo que da cuenta de un ecosistema más vivo y diverso de lo que a simple vista podría parecer.
La presencia de estas especies demuestra que, con prácticas adecuadas, las actividades productivas pueden desarrollarse en armonía con la biodiversidad. Este trabajo conjunto entre instituciones científicas no solo pone en valor la riqueza natural del Chaco, sino que también impulsa nuevos modelos de manejo sostenible, donde la producción y la conservación de la vida silvestre no sean caminos opuestos, sino complementarios.