La sequía, las heladas tardías y las olas de calor han afectado gravemente la campaña 2022/23 de los cultivos de legumbres en Argentina, según informes oficiales. Las estadísticas muestran que las cosechas de legumbres, como los garbanzos y las lentejas, han sufrido mermas productivas que van desde el 35% hasta el 90%. La Región Pampeana, donde se producen arvejas y lentejas, ha sido especialmente afectada por las inclemencias climáticas.
En el caso de las lentejas, las pérdidas han sido casi totales, con una disminución del 91,37% en comparación con la campaña anterior. En el caso de los garbanzos, la caída fue del 35,42%. Los cultivos de poroto aún se están cosechando en el norte, y se estima una reducción del rendimiento del 30% debido a la sequía. Aunque las pérdidas en la producción de legumbres no ponen en riesgo el abastecimiento interno, sí han afectado significativamente las exportaciones.
La sequía y las bajas temperaturas han sido devastadoras para estos cultivos, disminuyendo el área de siembra y provocando la pérdida de gran parte de los cultivos implantados. La falta de semillas de calidad se perfila como un desafío importante para la próxima temporada. Se espera que la recuperación de la producción de legumbres lleve varios años, especialmente en términos de genética y disponibilidad de semillas.
La reducción en la producción de porotos también ha generado incertidumbre en el mercado de exportación. Si bien Argentina es uno de los principales exportadores a nivel mundial, los compromisos de exportación se han visto afectados debido a la situación productiva y la incertidumbre sobre la capacidad de siembra.
La combinación de sequía y otros eventos climáticos adversos ha impactado gravemente la producción de legumbres en Argentina, generando pérdidas significativas y desafíos para la recuperación de los cultivos. La atención se centra en encontrar soluciones a largo plazo y promover la resiliencia ante futuros eventos climáticos extremos.
