Los precios mundiales de las commodities alimenticias registraron en junio una nueva caída, situándose en el nivel más bajo en dos años, según consignó el indicador de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El índice, que registra los cambios mensuales en los alimentos más intercambiados en el mundo, promedió 122,3 puntos en junio, 1,4% menos que en el mes anterior y 23,4% por debajo de los récords que registró en marzo de 2022, tras la invasión de Rusia a Ucrania.
En mayo la caída se vio especialmente impulsada por los descensos registrados en los principales cereales y en la mayoría de los aceites vegetales.
En el caso de los cereales, los precios cayeron 2,1% mensual y acumulan un descenso de 23,9% respecto de hace un año.
No solamente bajaron los principales granos, sino también los cereales secundarios que bajaron 3,4%, los cuales se ven influenciados indirectamente por mercados del trigo y del país.
En el caso del maíz, su quinto descenso mensual consecutivo obedeció, en este caso, al incremento estacional de suministros desde Argentina y Brasil, aunque la presión sobre los precios se vio controlada por las precipitaciones que se registraron en las principales zonas productoras de Estados Unidos.
Respecto al trigo, sus valores disminuyeron 1,3%, al comenzar la cosecha en el hemisferio norte.
Contribuyeron a la baja también la abundancia de stock en Rusia –donde, además, en junio, se redujo el impuesto a su exportación- y la mejora en las condiciones de los cultivos estadounidenses.
La otra clave de la disminución de los precios alimenticios mundiales fue el comportamiento de los aceites vegetales, que cayeron 2,4% respecto a mayo alcanzando el nivel más bajo desde noviembre de 2020.
Por el contrario, el aceite de soja repuntó por las condiciones excesivamente secas en las principales regiones de cultivo estadounidenses, y el de colza lo hizo por las condiciones desfavorables en partes de Canadá y Europa.
En lo que refiere a los lácteos, su índice bajó 0,8% mensual y 22,2% anual, principalmente debido a la caída de los precios internacionales de queso ante su amplia oferta exportable.
A eso se le suma el aumento estacional en Europa de la producción lechera y el descenso en la demanda asiática de leche en polvo, que compensaron aumentos en la manteca y leche descremada.
Las carnes, tras una racha de cuatro subas mensuales consecutivas, se mantuvieron sin cambios en junio respecto al mes anterior.
La carne de aves de corral siguió aumentado por la elevada demanda importadora de Asia Oriental, especialmente a Brasil, como consecuencia de las disrupciones de la gripe aviar; mientras que la porcina lo hizo por lo persistente escasez de oferta en las regiones productoras.
Por el contrario, cayó la carne bovina por el aumento de la oferta exportable, al igual que la ovina.
Por último, el azúcar bajó 3,2% mensual, tras cuatro meses de aumentos, aunque, en la comparación anual, presentó una suba de 29,7%.
El descenso obedece a los buenos resultados de la cosecha de caña en Brasil y la apatía en la demanda, en especial de China, el segundo importador mundial.
