26 January, 2025

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Juan Pablo Karnatz: “La mayoría de los cultivos están bajo la línea de flotación”

Juan Pablo Karnatz: “La mayoría de los cultivos están bajo la línea de flotación”

Bajar las retenciones y reducir la carga impositiva. Ese es el pedido sin rodeos de los productores argentinos al Gobierno Nacional, en medio de una “tormenta perfecta”. Así denomina Juan Pablo Karnatz, dirigente de Confederaciones Rurales Argentina (CRA), al momento que atraviesa el campo.

Los nubarrones se veían ya en 2024 cuando las retenciones no cedieron y esto tuvo obviamente un impacto en la rentabilidad, en el tipo de cambio, y claramente en la competitividad con la que se mueve el sector en materia de productos de exportación. “Nosotros veíamos venir el atraso del dólar. Cuando vos tenés 30% de retenciones, tenés un tipo de cambio 30% más bajo que el oficial”, planteaba.

A fin de año, perdida la ilusión sobre las retenciones, la tormenta ya estaba encima y amenazaba con agudizarse, dadas las condiciones climáticas: Pocas lluvias y altas temperaturas. “Hay sequía en lugares productivos en general, tanto de Santiago como en el resto del país, en la zona núcleo…”, indicaba Karnatz.

La tormenta alcanzó la categoría de “perfección” con la caída de precios internacionales que se convierte en una baja para el productor. “A partir de ahí empieza a complicarse más la cosa porque bajan los precios internacionales, tenés las retenciones, tenés -según muchos economistas- un atraso cambiario, que se ve. Por algo la gente va a comprar a los países vecinos”, comentaba.

Todo el combo hizo que, llegado enero 2025, los números de “la mayoría de los cultivos” estén ahora bajo la línea de flotación”. El dirigente ve entonces que “volvemos a un viejo adagio que dice la ganancia está en el rinde; pero para que haya esa ganancia en el rinde es importante que el clima acompañe”. De lo contrario, el campo tendrá “rindes mediocres”, con los que la mayoría de los cultivos entrarán en pérdida.

Las ‘insumeras’ aportaron tensión

Karnatz espera que un conflicto con proveedores de insumos “no llegue a mayores”. Sostiene que algunas de ellas causaron un “estrés financiero” al no pagar algunos documentos de bolsa, lo que generó un ruido y eventual “desconfianza”.

“Hay que recordar que los productores se financian mucho con ‘insumeras’. O sea que ahí hay una tensión, pero vamos a ver cómo sigue esto… Momentáneamente, no deja de ser preocupación para el productor”, agrega.

Una extinción poco significativa

En diciembre se terminó el Impuesto País y, como era de esperarse en el sector agroindustrial, el impacto no fue significativo; el mismo que puede percibirse en otros ámbitos, donde las bajas fueron de 1 o 2%.

“Eso tal vez tenga impacto para las compras por Internet. No cambió mucho, yo diría que los insumos siguen más o menos igual.  Y nosotros seguimos igual de mal porque no ha habido liberación; no hemos salido del cepo, con lo cual no hay unificación del tipo de cambio”, de modo que adquirir insumos importados, “se complica”.

“Tenemos problemas porque la maquinaria agrícola está cara, comparativamente con países vecinos. No estamos hablando de Europa o Estados Unidos, sino de acá a la vuelta. O sea, los insumos, maquinaria agrícola incluida, están carísimos, en dólares. Al productor esto se le hace cuesta arriba”, ratificaba.

Calor y lagarta rosada

Por supuesto que, independiente de las medidas coyunturales, lo que más temor genera en los productores es el clima. El deseo siempre es contar con lluvias suficientes para regar los cultivos. Y es que, con temperaturas de 40 °C, la evotranspiración se lleva entre 10 y 12 milímetros de agua por día.

Peor la pasan los productores de algodón con la presencia de la lagarta rosada al acecho. La amenaza, los obliga a fumigar continuamente, lo que eleva los costos de producción del cultivo. “Hay algodones de todos los colores, en el sentido de que hay buenos, más o menos, malos. Hoy, un punto de diferencia debe estar entre 1.500 o 2.000 y pico de kilos, de acuerdo a la tecnología que se use, y va a ser difícil conseguirlos”, estimaba el dirigente.

A la hora de levantar ls copas el 1 de diciembre, el campo pidió primero que mejoren las condiciones climáticas, con precipitaciones suficientes para enfrentar las altas temperaturas. También que el Gobierno avance en la libertad prometida para el comercio, con retenciones bajas y menos impuestos.