El Clúster de Alfalfa de Santiago cierra una exitosa etapa y proyecta nuevos objetivos

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En las instalaciones del Vivero San Carlos, se realizó la reunión de cierre del proyecto de 2da generación del Clúster Semillero de Alfalfa de Santiago del Estero “De artesanal a mecanizado: mejora en el proceso de producción, limpieza y clasificación de semilla de alfalfa en zonas incluidas en el Clúster Semillero de alfalfa de la Provincia De Santiago del Estero”, en la que estuvieron presentes las organizaciones que participan del proyecto, la Cooperativa Agropecuaria Apícola y Granjera Semillero Figueroa Ltda., de la localidad de Quimilioj, y la Cooperativa Avellaneda, de la localidad de Icaño, junto a representantes de las instituciones que las apoyan: INTA Santiago del Estero, INTA Quimilí, Ministerio de Producción de la Provincia, Facultad de Agronomía y Agroindustria de la UNSE e INASE.

Presidieron esta reunión, la coordinadora del equipo técnico de las Iniciativas de Desarrollo Territorial del Programa PROSAP-DIPROSE, del Ministerio de Economía de la Nación, María Soledad Ferrari; el director del INTA Santiago, Mario Mondino; la decana y vice decana de la FAyA-UNSE, Miryam Villareal y Judith Ochoa; el director de Agricultura, Wilson Michelini; los presidentes de las cooperativas de Figueroa y Avellaneda, Héctor Sandez y Juan Gómez; la coordinadora técnica del Clúster, Mónica Cornacchione, del INTA Santiago; y el facilitador técnico provincial de las Iniciativas de Desarrollo de Clusters y Micro Regiones del DIPROSE, Pablo Usandivaras.

Recordemos que el Clúster Semillero de Alfalfa es un proyecto iniciado en 2015 que se desarrolló a partir de un intenso proceso que incluyó la organización de los productores, la recuperación de la variedad Salinera INTA, la incorporación de la mecanización para mejorar los procesos y el acompañamiento de importantes instituciones nacionales y provinciales para potenciar la producción de semilla de alfalfa fiscalizada en la provincia de Santiago del Estero que abastece el consumo en la región.

Desarrollo de la jornada

La jornada de trabajo comenzó con la presentación del trabajo del clúster a través de una línea de tiempo con todos los hitos destacados, a cargo de Mónica Cornacchione, del INTA Santiago.

A partir de esta primera exposición, las autoridades presentes dieron sus impresiones sobre el destacado trabajo del clúster, tanto a nivel organizacional como técnico.

A continuación, se realizó la presentación del informe final del proyecto de segunda generación, actividad que estuvo a cargo de: Mónica Cornacchione, coordinadora del clúster; del Héctor Sandez, presidente de la Coop. Figueroa; de José Salvadores, representante del Ministerio de Producción ante el Clúster; del Juan Gómez, presidente de la Coop. Avellaneda; de Ariel Tamer, técnico del INTA; del promotor asesor de Cambio Rural, Adrián Massa; y de Eugenia Toselli y Fernando Galizzi, de la FAyA-UNSE.
Más tarde se produjo un rico intercambio entre los presentes sobre la experiencia del clúster y se realizó un taller con una metodología dinámica que permitió observar las luces y sombras del trabajo conjunto y donde se puso en valor la pertenencia de cada integrante del clúster desde el lugar en que participa.

El cierre estuvo a cargo de María Soledad Ferrari, coordinadora del equipo técnico de las Iniciativas de Desarrollo Territorial del Programa PROSAP-DIPROSE, del Ministerio de Economía de la Nación, quien destacó los logros de esta experiencia y los avances alcanzados en esta etapa que se cierra.

Impresiones de los participantesCornacchione destacó que la jornada fue altamente positiva porque no sólo se realizó el cierre del proyecto, sino que también se dejaron planteadas algunas líneas sobre cómo continuar. La coordinadora técnica del proyecto señaló que uno de los logros principales fue la ejecución casi total de las actividades propuestas, con diversas inversiones para las cooperativas y los avances en la superficie sembrada de los semilleros de ambas cooperativas.

Al mismo tiempo, la referente en alfalfa del INTA Santiago consideró que “el inicio de una nueva etapa encuentra al clúster ante desafíos como el de continuar produciendo en el ambiente semiárido con la variabilidad climática que lo caracteriza, en un contexto de problemas de disponibilidad de agua en los sistemas de riego de los departamentos Figueroa y Avellaneda, que generan inestabilidad e incertidumbre en los rindes de la producción futura y deterioran la condición de suelos que se salinizan en condiciones sin riego”.

La especialista destacó la decisión de producir el cultivar Salinera porque “responde técnicamente a su adaptación a estas condiciones limitantes, tanto hídricas como edáficas (salinidad) en un ambiente desfavorable para otros cultivares”. En este sentido, puso en valor la promoción permanente desde INTA de propuestas tecnológicas que tienen en cuenta la sustentabilidad ambiental, económica y social.

Por su parte, Ferrari remarcó que desde el PROSAP “estamos contentos de haber apoyado esta experiencia desde sus comienzos y ver este clúster consolidado, concluyendo esta segunda etapa en donde se puso en foco en mecanizar los procesos de acondicionamiento de las semillas”. Y continuó, “estamos muy satisfechos con los resultados, con los aprendizajes logrados en este período, tanto en el plano de la organización institucional, como en el plano productivo”.

La coordinadora del equipo técnico de las Iniciativas de Desarrollo Territorial del PROSAP-DIPROSE puso en valor el entramado institucional del Clúster de Alfalfa de Santiago del Estero porque “es muy rico en instituciones, con la parte privada con las cooperativas y sus productores, la parte científico-tecnológica a través del INTA y la Universidad Nacional, el gobierno provincial y nosotros a nivel nacional; todas las instituciones con sus distintas especialidades, trabajando en forma colectiva y contribuyendo a un objetivo común, que es lo que más valoramos”.

El presidente de la Coop. de Figueroa destacó que “esto nos cambió la forma de producir, porque antes producimos hasta una hectárea y de forma individual. Después comenzamos a producir de forma conjunta en superficies más grandes para poder mecanizar y de esa forma mejorar y aliviar el trabajo sacrificado que significa tener la semilla de alfalfa en la bolsa”. Sandez remarcó que “la calidad de vida de los asociados de la cooperativa ha mejorado mucho porque se ha empezado a producir a otro nivel, a mayor escala y eso ha mejorado los ingresos de la economía de las familias”.

Por su parte, Juan Gómez, presidente de la Coop. de Avellaneda, indicó que “han sido muy importantes las experiencias y los beneficios que tenemos a partir de esto, como por ejemplo tener todos los elementos para la certificación de las semillas, mantener la pureza y poder reproducirlas con el acompañamiento técnico del clúster, más los elementos para la clasificación de las semillas y su embolsado; todos elementos indispensables para mantener la calidad”.

Los ocho años de trabajo en el marco del clúster desde 2015 permiten afirmar que la propuesta de producción de semilla, complementada con la producción de fardos, es técnicamente viable con la performance de este material y, desde el punto de vista económico, esta actividad ha generado ingresos seguros para los asociados de las cooperativas.

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