El vino de Finca Dos Santos, una idea familiar que se gestó en Beltrán y se proyecta a todo el país

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Como tantas otras veces, en un ciclo virtuoso e infinito, la ciudad de Beltrán fue testigo de un emprendimiento hijo de la energía de su tierra. El seno de la familia Dos Santos, fue el lugar donde casi de manera alquímica comenzó a gestarse la creación de un nuevo néctar creado en nuestra provincia, la cuna del vino argentino.

En diálogo con Data Santiago, José Dos Santos, uno de los artífices, dio algunos detalles de la génesis de este emprendimiento que actualmente se encuentra en una curva ascendente que vaticina un prometedor futuro.

Distendido José explica que el vino creado en Finca Dos Santos “es básicamente un emprendimiento familiar que nace de una idea conjunta de mi papá y junto a mis hermanos”

“Yo soy estudiante de la Ingeniería en Agronomía y mi papá siempre fue productor agropecuario. Siempre se dedico a la producción hortícola y algodonera. El vino es algo nuevo para nosotros, un proyecto que arrancó en el 2019 con las primeras plantas de vides que plantamos. En la actualidad tenemos una 5 hectáreas dedicadas a la producción de la variedad Malbec. Pero además tenemos también algunas plantas de torrontés y Petit Verdot que no están en producción”

José detalla que la producción de la uva para sus vinos, s gesta en el campo familiar ubicado sobre la Ruta 34 vieja. Pero luego, su destino se bifurca hacia otros rumbos. “Producimos y cosechamos la uva para luego llevarla a Finca María del Pilar, donde se realiza el vino que después nosotros retiramos”

“La nuestra, es una plantación nueva, del año 2019. Estamos comercializando nuestra primera cosecha, que es del año 2022. Se trata de un vino de crianza que pasó 7 meses por barricas de roble francés. Es un vino que no es reserva, pero tampoco joven. Su denominación es esa: vino de crianza. Se trata de una variedad agradable en boca, con un dejo frutal, dulce, con notas amaderadas y que tiene buen cuerpo”.

Una organización familiar, pero estricta

José no tiene reparos en dar pormenorizados detalles de la manera de trabajar que la familia Dos Santos aplica para la producción de su vino. “Actualmente estamos trabajando con mi papá y mis hermanos. Yo, en la parte técnico y de manejo de podas, fertilización y riego, mientras que los trabajos a campo quedan en mano de mi papá y de mis hermanos.

“Hay gente que contratamos, pero en su mayoría esto se trata de trabajo familiar. Estamos empezando a movernos en vinotecas y algunos restaurantes de Santiago. En la última ExpoBra tuvimos también nuestro stand en lo que fue nuestra primera exposición y quedamos muy contentos con los resultados que tuvimos. La gente lo aceptó muy bien. Estamos encaminados”, explica.

La nostalgia, el imparable motor del proyecto

José recuerda risueño el nacimiento de un proyecto que hoy lo tiene como un actor en un rol protagónico. “Detrás de este emprendimiento hay una historia particular”, detalla, “si bien arranca como un hobby y después comienza a crecer, mi papá siempre tuvo el recuerdo de que en la casa de sus abuelos, todos los días tomaban en la mesa vino que se producía con la uva que crecía en el fondo de su casa. Es decir, hace 50 años, se producía vino en Santiago del Estero.

“Cuando Finca del Pilar comienza a producir, mi papá -que es amigo de la familia propietaria- tuvo el objetivo de producir 365 litros al años, es decir un litro al día. Hoy estamos con 5 hectáreas de Malbec y una plantación de 15 mil plantas de esa variedad. Digamos que el proyecto de hizo un poquito grande (risas)”, cuenta José.

Fincas Dos Santos continúa avanzando en la producción de uvas y en la creación de un vino de calidad que posicione a Santiago del Estero en el panorama nacional como uno de los creadores más respetables de vino en Argentina, consolidando así su mote muy bien -y legítimamente ganado- de Cuna del Vino argentino, y generando que la mirada que los amantes de este ancestral elixir se pose en territorio santiagueño, con total justicia por la historia.

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