El INTA brindó recomendaciones para la preparación de las colmenas durante el receso productivo

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La preparación para el receso productivo es fundamental para que las abejas tengan buena salud y nutrición.

Durante el receso productivo, las colmenas deben contar con una adecuada población y reservas alimenticias. Para ello se debe invernar en cámara de cría, con colmenas categoría I y con reina joven, asegurando entre 4 y 5 cuadros de miel y 2 cuadros de polen.

En esta época del año los apicultores deben preparar adecuadamente sus colmenas para el receso productivo haciendo un uso eficiente de los recursos y herramientas que tienen disponibles.

Una de las primeras tareas es categorizar las colmenas. Es muy importante que la colmena ingrese en esta etapa, con una buena población de abejas.

La categorización de las colmenas está dividida en tres:
• Categoría I (uno) es en la que todos los marcos de la colmena están cubiertos por abejas,
• Categoría II (dos) las que tienen entre 5 y 7 marcos de abejas y
• Categoría III (tres) menos de 5 marcos.

Está demostrado que una colmena categoría III (de menor población de abejas) no transita bien el invierno y puede que, durante este período o salida de la invernada, se detecten pérdidas de colonias por desequilibrio poblacional.

Se debe realizar una inspección de fin de temporada eficiente que permita el desarrollo de las colmenas para enfrentar los desafíos del invierno.

Las abejas en su estado natural acopian néctar para transformarlo en miel y almacenarla como reserva energética para el periodo de escasez.

Las abejas acumulan reservas energéticas en los panales (miel) y proteicas en sus cuerpos grasos para poder sobrellevar el período de escasez y tener la capacidad de reiniciar su ciclo en primavera.

Se debe procurar una abeja de invierno más longeva, que pueda vivir como mínimo 3 (tres) meses, a diferencia de la abeja del periodo estival que vive 45 días aproximadamente.
Las abejas deben estar libres de parásitos (varroa destructor) debido a que estás consumen la proteína corporal de la abeja. Esto se evita realizando tratamientos antiparasitarios. Los apicultores deben hacerlo en el momento adecuado para evitar el crecimiento de la población de varroa y que la abeja sana, acumule la mayor cantidad de reservas corporales para el receso.

El control de Varroa destructor es una de las tareas más relevantes de este periodo. Se debe monitorear y tratar la población de este parásito en las colmenas durante el otoño para reducir su impacto durante el invierno.

Es importante utilizar productos aprobados por SENASA y rotar los principios activos para evitar la resistencia del ácaro. El monitoreo mediante la prueba del frasco debe realizarse pre y post tratamiento acaricida para poder evaluar cómo fue el funcionamiento del antiparasitario aplicado.

La habilidad del apicultor tiene un rol fundamental para preparar la colmena, aplicar tratamientos sanitarios, evaluar las reservas de miel y en caso de necesidad administrar la alimentación correcta realizando una suplementación energética estratégica para poder bloquear la cámara de cría, en caso de un bajo ingreso de polen, disponer de un suplemento proteico.

Además, es muy importante evaluar el estado de la cría. Es fundamental identificar enfermedades como Loque americana y Loque europea. Las colmenas afectadas por Loque americana deben ser eliminadas. También, se debe prestar atención a la edad de la reina y considerar su recambio en la primavera.

Por otra parte, se recomienda para la conservación de alzas melarias, un lugar techado y ventilado donde pueda correr aire y así evitar la propagación de la polilla de la cera y de un sistema de control de roedores. Este período es ideal para la clasificación de los panales, descartando aquellos negros o en mal estado.

También, se recuerda la importancia de llevar registros de campo para la toma de decisiones sobre la base de esa información y mejorar la trazabilidad de la miel.
Se recomienda planificar con tiempo y observar lo que el ambiente aporta.

Hay que recordar a los productores que un porcentaje de los ingresos de los productos de las colmenas se deben reinvertir para ser sustentables y sostenibles en el tiempo.

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