El intenso calor y la falta de lluvias impactará negativamente en la producción de soja en Santiago del Estero

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La provincia enfrenta condiciones climáticas extremas que amenazan seriamente la producción agrícola. Con temperaturas que superan los 40°C y la ausencia de lluvias. los agricultores de la región ya calculan una pérdida del 30% en la cosecha de soja.

La falta de precipitaciones ha generado un nivel de estrés hídrico en los cultivos, poniendo en peligro la esperada “cosecha récord” para esta campaña agrícola en el país. A pesar de las lluvias dispares registradas en algunas regiones de la zona agrícola en los últimos días, la situación se ha vuelto preocupante para los productores, especialmente en áreas como Quimilí, Guardia Escolta, Campo Gallo y Bandera.

Los agricultores coinciden en que las siembras tempranas, realizadas desde mediados de diciembre en adelante, están afectando los rendimientos esperados para los cultivos. Aunque las lluvias pronosticadas para el fin de semana podrían brindar algún alivio, la escasez hídrica también se extiende a otras regiones, incluida la región pampeana, donde se informan escenarios similares.

En Bandera, los lotes de maíz, aunque aún pequeños, comienzan a mostrar signos de estrés hídrico. La situación es descrita como “terrible sequía”, y los productores expresan su preocupación por la cosecha récord que esperaban. La falta de lluvias y las altas temperaturas están afectando negativamente a los cultivos, y se estima que las pérdidas en soja alcanzarán el 30%.

Pablo Karnatz, productor en la región de Quimilí y dirigente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), señala que la sequía es generalizada, con solo 7 mm de lluvia registrados seguidos de un tornado. A pesar de estas precipitaciones cortas, las temperaturas extremas persisten, oscilando entre 37°C como mínima y 45°C como máxima a la sombra. Karnatz advierte sobre la posible pérdida del 30% en las hectáreas de soja implantadas en la provincia, que ascienden a un millón de hectáreas anuales.

La situación se agrava por la falta de recuperación de los suelos tras la intensa sequía causada por el fenómeno de La Niña en los últimos tres años. Además, la amenaza de una ola de langostas se suma a los desafíos enfrentados por los productores, recordando episodios similares en 2016, 2017 y 2018.

La escasez hídrica y las altas temperaturas también afectan la ganadería, especialmente en las pasturas, y la situación se replica en otras provincias como Córdoba y Chaco, donde los productores informan de lluvias desiguales y condiciones climáticas adversas.

Aunque se pronostican lluvias para el fin de semana, la incertidumbre persiste entre los agricultores, quienes temen que la sequía y el calor prolongado impacten irreversiblemente en la producción agrícola de la región.

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